Fujimori, fue presidente de Perú entre 1990 y el 2000, constituyéndose casi en un emperador, y la zaga de este personaje hubiera continuado si no fuera que finalmente se le pudieron comprobar graves delitos.

Actualmente se encuentra cumpliendo condena por delitos de corrupción y derechos humanos.

Polémico y con más detractores que amigos, no se puede negar que pintó páginas en la historia que pone a Perú en el mapa político del mundo.

Como si fuera poco, ahora su hija, Keiko Fujimori, aspira a la presidencia en el 2011.

Así como lo lee.

No quiero ser susceptible, pero no olvido los alertas sobre la inyección de dinero “gratuito” que el banco mundial aporta a ese país. El objetivo: sanear el desequilibrio ecológico que ha iniciado la desertificación y que está derrochando el agua que Perú tiene como depósito en sus glaciares.

Demasiadas coincidencias.

Estoy de acuerdo que el pecado de los padres no tienen por qué pagarlo los hijos, pero esta señora, salida de la nada, de repente con apoyo de agencias internacionales de noticias, lanzando una candidatura a todas luces extraña tiene que llamar la atención.

Pienso que es una estrategia conveniente a algún que otro país con convenios extravagantes que bajo el título de dádivas y salvadores del mundo necesitan apoyo incondicional para poner el otro pie, ya que parece que uno ya está.

Las lindezas del padre, que no parecen creer que ha afectado el currículum de la hija son del tenor de acusación de asesinatos, secuestro agravado con lesiones graves, autor intelectual de matanzas, mandamás de un ejército encargado de secuestros de periodistas y empresarios, todas acusaciones que fueron perfectamente probadas en juicios que lo llevaron a la cárcel por 25 años en abril del 2009, y que se amplió con condenas posteriores porque hasta fecha actual aún aparecen delitos cometidos por ese señor.

Y su hija, como plataforma de lanzamiento y ante preguntas de periodistas, dice al mundo: mi padre cumple y es parte de este proyecto en el 2011.

A muchos se nos han erizado hasta los pelos de las mascotas.

El objetivo declarado: luchar contra la pobreza. Lo que dicha señora no aclara es la pobreza de quién, obviamente que la frase se completa en la mente de los votantes, en la pobreza de la familia Fujimori.

En flagrante contradicción, niega que elegirla a ella eligen al padre, aunque admite que está dentro de sus planes, lo cual traduzco como que está dentro de los planes de que si logra el poder, hará lo que sea necesario para liberar al padre del confinamiento en el que sus propios delitos lo metieron.

Fujimori siempre ha acusado a su “asesor” Montesinos de sus fechorías, ahora la hija se encarga de reforzar esa idea.

Y por supuesto,  Montesinos, como muchos de los que rodearon ese gobierno, aseguran que Keiko Fujimori estaba perfectamente al tanto de las acciones del padre y lo apoyaba en todo.

Es largo el detalle de las largas explicaciones que tiene que ofrecer esa improbable candidata, pero les resumo la respuesta a todas: eso dicen mis detractores.

Y con esa simple frase, cree que avanza.

A mi me suena como a cierto político argentino que en vez de dedicarse a probar que los delitos de escucha clandestina no son ciertas, se dedica a pulular por todos los medios con frases parecidas.

Los políticos parecen que sales de las mismas fábricas, vienen con las mismas mañas y ADN impresos, misma música, dale a la corchea y la fuga de sus responsabilidades.